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El bazar de las Almas


Tras una fuerte tormenta un barco pirata naufraga con un grupo de esclavos propiedad de la hermandad escarlata, justo en el momento en que estos se estaban liberando, en una pequeña isla volcánica de las costas del sur, guiados por un habitante de la isla los náufragos encuentran la ciudad del Caldero.

La ciudad del Caldero, conocida como la ciudad sulfúrea esta erguida en el cráter de el ultimo gran volcán que ha permanecido inactivo durante más de 600 años, fundada según cuentan las leyendas por el mayor geomante que ha visto el sur de Greyhawk el cual utilizo su magia para sofocar el volcán.

Deciden empezar una nueva vida pero al poco de caminar por la ciudad se ven envuelto en un combate con los miembros de el gremio de ladrones conocido como la última sonrisa, el mas poderoso de la zona, y aunque no logran salvar de la muerte al joven aprendiz de clérigo acosado por los ladrones acaban trabajando para la iglesia de Sant Cuthber en la búsqueda de los niños desaparecidos de uno de los orfanatos de la zona que estos custodian...
Como si fuese una burla del destino las desapariciones están siendo provocadas por un grupo de esclavistas y secuestradores provenientes de la infraoscuridad, y cuya maldad y crueldad supera por mucho a sus antiguos amos, el fracaso podría significar mas años de penurias y esclavitud.

Mientras empiezan a investigar las desapariciones, Zarkand el Enano-Troll líder de los esclavistas entra en contacto con el verdadero mal que amenaza la ciudad, un contemplador y sus secuaces y inician las negociaciones por uno de los esclavos. El contemplador promete oro poder y riquezas al enano pero su sangre de enano le tiende a pedir más y más y no llegan a ninguna parte...

Tras interrogar al personal del orfanato y a uno de los cerrajeros mas respetados de la ciudad el grupo encuentra la guarida de los esclavistas situada justo debajo de la casa del cerrajero, al cual habían estado haciendo chantaje los secuestradores para que les ayudase, todo y que deno muy conformes el grupo acepta rescatar al familiar rata del cerrajero a cambio del acceso a la morada de los secuestradores
Entran en las grutas subterráneas que van a parar a la antigua ciudad gnoma maldita conocida como Jazirune, donde son malditos por esta y perden la vida de algunos compañeros pero estos entran en contacto con los Caminantes de Fharlanghn, un grupo que se oculta en las sombras y estos a cambio de la cura para la maldición de Jazirune los reclutan para impedir los planes del contemplador, también adquieren el huevo de un dragón a precio de ganga en el mercado errante del a ciudad, compran una casa y son atacados en esta por una de las asesinas de la ultima sonrisa.

Finalmente y tras una semana de exploración y tras reclutar nuevas fuerzas con algunos de los aventureros locales logran encontrar la ruta que baja al bazar de las almas de Zarkand, pero antes de bajar eclosiona el huevo descubriéndose un recién nacido dragón de cobre, el cual escapa y persiguen por la ciudad para que no cause muchos estragos. Consiguen devolverlo sano y salvo a la casa después de que este acabe con dos guardias de la ciudad cosa que les da algo de problemas...

A todo esto Zarkand avisado por sus colavoradores de la ciudad maldita se da cuenta de los intrusos y les monta una bonita recepción en su guarida, grupo es capturado para ser vendidos... otra vez.

Varios de ellos son torturados y mancillados de diferentes maneras pero finalmente escapan y cogiendo a sus captores con la guardia baja logran exterminarlos y liberar al resto de prisioneros, guiándolos con mas suerte que habilidad por el laberinto conocido como la fortaleza de malaquita. Una vez que los presos están a buen recaudo en la ciudad llega la hora de liberar a los niños y acabar con el bazar para siempre.

El combate con Zarkand es duro y mas cuando aparece su aliado contemplador, pero gracias al paladín guardián de la ciudad que va en su ayuda logran librarse de el y finalizar el encargo. Tras eso se hace una fiesta en su honor patrocinada por la fe de Sant Cuthber, mientras tanto el contemplador sigue maquinando su próximo movimiento, la caída del semitrol no representa ningún problema para sus planes en el Caldero y sus alrededores...

Por parte del grupo tras su éxito en el recate empiezan a ser acosados por aspirantes a aventureros y tras hartarse de sus súplicas forman una banda mercenaria a la que se unen varias personalidades de la ciudad como hecho simbólico y por agradecimiento por los trabajos prestados al orfanato. También logran indultar al dragón por la muerte de los guardias tras pagar una multa considerable y ser sometido a varios de los conjuros de la fe de Wee Jas que le aceleran el desarrollo y le dan una conciencia mínima para que deje de actuar como un animal y así impedir que cause mas estragos en esta.

Tras todos esos sucesos dos años pasan hasta que vuelven a ser llamados a la aventura...

Mutants & Masterminds: ¡Es la hora de las tortas!

Hoy tenemos un autor invitado en el blog. Sethelan, uno de los socios más activos del club, se ha decidido a escribirnos una review sobre Mutants & Masterminds. Sed buenos con él y comentad!! que así seguro que se anima a escribir más cosas.

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Buenas a todos los que leáis esto.

Este es el primer artículo que escribo para este nuestro blog y he decidido hacer un comentario sobre el juego que actualmente estoy intentando dirigir en el club, Mutants & Masterminds.

La primera impresión, al ver el libro es buena. Tapa dura y con unas ilustraciones que te dejan ver el colorido que puede llegar a tener el juego. La portada es de Ramón Pérez, que ha trabajado en Hulk: Gamma Games y The Increibles de Dark Horse.

Una vez inmersos en el libro, lo primero que se ve es un pequeño capítulo de un avance de las reglas. Una explicación muy básica de lo que luego se irá desarrollando capítulo a capítulo.

El siguiente capítulo del libro empieza con la creación de personaje. Lo primero que me chocó al ver la creación de personaje, es el hecho de que los héroes no tienen niveles, es la campaña la que limita el poder de éstos. Dependiendo el nivel de poder que queramos para nuestra partida, los héroes tendrán unos puntos con los cuales tienen que comprar sus habilidades, caractérisitcas, poderes y dotes. El sistema, es simple, aunque puede costar hacer todas las sumas y multiplicaciones. Además, en este capítulo también hay un gran número de arquetipos, cuyas ilustraciones recuerdan mucho a personajes de las grandes editoriales de cómics americanos.

El sistema es un d20 bastante genérico, pero muy simplificado. Se eliminan los ataques de oportunidad, los ataques múltiples en base del ataque, aunque se complica a la hora de los poderes. Otra de las novedades es la eliminación de los dados de golpe y de los dados para tirar el daño. Se usa un sistema de “estados de salud”, que te da penalizadores en la batalla hasta que acabas cayendo. Básicamente, el atacante debe superar la defensa del defensor, si impacta, este hace una tirada para resistir el daño. El nivel de fallo hace que tengas que sufrir “estados de salud”.

El sistema de poderes es, como mínimo, curioso. Hay un gran listado de poderes que te dan diversas capacidades, como volar o lanzar rayos eléctricos. Esto vendría siendo el efecto básico que tiene el poder. A partir de ahí, cada personaje puede personalizar sus poderes. ¿Cómo? Dándole color y opciones especiales, como otros usos además del básico. Es decir, un héroe podría lanzar rayos eléctricos, y como poder derivado de este, crear un pulso E/M que solo afecte para inutilizar objetos.

Después de todos los capítulos de habilidades, poderes, dotes, equipo, combate, etc... viene la sección de ambientación. Lo cierto es que hay un gran resumen sobre todas las etapas de que han vivido los cómics, así como recomendaciones para en que estilo del cómics encaja mejor tu partida y consejos sobre como enfoncarla.

Como conclusión, un juego con mucho potencial para aquellos que les gustan los cómics de superhéroes, ya sean a todo color o de aspecto un poco más realista. Puedes ambientar fácilmente tu partida en un Manhattan dominado por la Patrulla M, Los Castigadores y La familia Fantástica, o uno menos colorido, más tirando a las líneas Ultimate.

Una leyenda diferente - III concurso de relatos

Os dejamos a continuación con el último de los relatos presentados al III concurso de relatos de Sant Jordi. Esperamos que hayáis disfrutado de todos ellos.

El relato se titula Una leyenda diferente y está escrito por Sethelan.

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[Comlog status: Online]
[Seguridad/Firealls: Avtivos]
[Accediendo a holodiario personal]
Nombre: Jorge de Capadocia
Último registro: 23 de abril de 2185


Aún no se que hago escribiendo esto. Vale, sí, según la terapeuta es la mejor forma de no acabar chiflado después de ver lo que vemos día a día. Esto es Bakunin… ¿De verdad esperan que no acabemos todos medio locos? No se yo si dejar de ser un Moderador… Para colmo lo de hoy ha sido… como mínimo, extraño.

Día de patrulla normal, hoy tocaba el módulo de Montblanc… un lugar lleno de hackers y paganos. Lo cierto es que no es un mal sitio, no suele haber problemas, o por lo menos no demasiados. Y allí estaba yo, con mi fusil combi al hombro andando por esas calles… si se pueden llamar así a los amplios pasillos de una nave. Dicen que en los planetas se está bien, pero vivir en el espacio, tiene esa especie de libertad intrínseca del espacio vacío. Ahora que lo pienso, no se porque me dirigí a aquella zona en concreto del módulo, por lo general no entra en ruta. Ya sabes, debe ser una cosa de esas, como la llaman, ¿sexto sentido? Pero bueno, por donde iba, que al final este archivo va a pesar demasiado, me dirigí, sin saber por qué a una zona fuera de ruta. Al llegar allí empezó todo.

Gente corriendo, sangre, ruinas y más gente corriendo. Entonces usé este maldito cacharro para enviar un aviso. Necesitaba refuerzos… si no los tenía las cosas iban a ir mal. Muy mal. Me dirigí rápidamente hacia la zona que la gente intentaba evitar corriendo en dirección contraria. Al llegar allí no me creía lo que mis ojos estaban viendo: un maldito Equipo Táctico Acorazado, un jodido TAG lo estaba destrozando todo. No reconocía el modelo, pues solo había estado cerca de nuestros anticuados Lizard, y este era más grande, más pesado, y con mucha más mala hostia. Tenía, escrito en rojo, sobre sus chapas amarillas la palabra D·R·A·C… sigo sin saber que narices significan esas siglas… luego lo buscaré.

Como te iba contando, mi pequeño Comlog, allí estaba yo, viendo como esa bestia mecánica echaba a perder un día de los más tranquilo, y como no, tomé la estúpida decisión de hacerme el héroe. Justo cuando estaba apunto de llevarse por delante a una joven rubia que, al contrario del resto de gente, no huía en dirección opuesta a la catástrofe, cogí a mi amigo Horse, este pequeño fusil combi blanco en el que he estado trabajando, y disparé una ráfaga entera a su estructura amarilla. Sabía que no iba a hacer nada, pero tenía que ganar tiempo y llamar su atención. Primer error: no cabrear nunca a una máquina que te triplica en tamaño.

Pensaba que su piloto empezaría a insultarme, y vendría hacia a mí, ¿Qué haría otra persona cuando se le dispara? Aquí esta el Segundo error: pensar que esa cosa estaba tripulada. La máquina se giró, miró hacia mí y en ese momento lo lamenté. Ver una carga de esas cosas es algo espectacular. Se lleva por delante todo lo que hay en su camino, no importa de que jodido material esté hecho, sencillamente, lo ignora y sigue su camino. En ese momento lo tuve claro: sigue disparando, Jorge, pero no en el mismo sitio. Parecíamos el ratón de laboratorio contra un gato montés, pero aún así, conseguí zafarlo en un par de ocasiones cubriéndome con los escombros que había hecho él mismo. Entonces sonaste tú, pequeño Comlog, eras mi salvación, aunque no como yo me esperaba.

Recibí un mensaje entrante, pero no de quién debía ser. Lóngkhi, dijo que se llamaba. Era una de esas locas, de esas fanáticas de la Observancia. Una Reverenda Custodia. Nunca había visto uno, y de verdad, son aterradoras hasta la médula. Yo tenía suficiente con alguna de las Moiras con las que me había encontrado en alguna misión, pero esta daba aún más miedo. No parecen humanas. Pero me concentré en las órdenes que me había dado, parecía que tenía un plan, de lo que me alegré. Además era sencillo, solo tenía que conseguir disparan una de las cargas de munición de Marcador que nos obligan a llevar desde el Entreacto Violento. El problema era que tenía que cargarlo y sobrevivir mientras disparaba, y por otro lado, tener en cuenta que seguían quedando civiles en la zona. Todo eso para no se sabía el qué.

Me decidí a hacerlo, cargué lentamente la munición. Esperé a que dejara de disparar su ráfaga de munición que tenía pinta de doler mucho. Empecé a correr hacia otro lugar con más cobertura, las ruinas de lo que parecía una holopantalla gigante de publicidad. Empezó a disparar, y me dio en la maldita pierna, por suerte un rasguño, y si, dolía mucho pero seguí corriendo hasta el final de la cobertura, y el siguió disparando en mi dirección. Tocaba lo difícil, arrastrarme hasta el otro extremo, sin que me viese. Hecho. Entonces asomé solo el cañón del fusil combi. No hubo reacción. Bien, eso es que no me ha visto. Apunté al suelo, justo en su pierna. Respiré hondo, y mi dedo presionó el gatillo. El D·R·A·C se giró y empezó a disparar justo en el momento en que yo saltaba hacia un lado. Adiós a Horse. Maldito bicho. Tenía la esperanza que hubiese sido por algo, que esa tal Lóngkhi supiese que se hacía.

Entonces dejé de escuchar disparos. Solo pasos. Pies que se iban incrustando en el suelo donde pisaban. Lo tenía justo ahí, al otro lado de mi frágil cobertura. Cerré los ojos, dispuesto a morir. Recé a cualquier dios que quisiera escucharme. Solo ahí una cosa. La maldita voz de Lóngkhi diciendo que todo había sido un éxito. Entonces me levanté de un salto, ignorando la punzada de dolor que empecé a sentir y todo cobró sentido.

A un lado, estaba Lóngkhi, con la chica rubia esposada entregándosela a un grupo de Moderadores. Justo detrás de ella, un robot que reconocí al instante. Era un Salyut Zond, con un nombre pintado en la chapa trasera, RoSe. Sabía que lo hackers podían hacer virguerías con ellos, pero no poseer a un TAG con tanta rapidez. Para eso necesitaban el Marcador bien situado, para que Lóngkhi pudiese hachearlo a través de ahí. ¡Podrían haberlo dicho!

Esta tarde, en la enfermería, me he enterado de que la chica rubia es una tal Princesa, una hacker bastante famosa por imbuir con IA sus remotos. Esta vez estaba trabajando en una IA en un TAG, pero se salió de madre, y la IA tomó ideas propias. Ahora esta en la cárcel. A la gente de la Observancia no le gustan demasiado las IA independientes. Quizá algún día vaya a verla a su celda, después de todo era bastante mona.

Bueno, Comlog, te voy a dejar ya, que este archivo, como decía pesa ya demasiado. Corto y cierro.

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[Comlog status: Offline]

X Torneo oficial de Infinity

El Club Kritik os invita a su X Torneo oficial de Infinity. El torneo se realizara el sábado 10 de Julio en el club de rol y simulacion Kritik (C\Dolors masferrer 33-35, les Corts, BCN).

Horario:
- Presentación de ejércitos: 11.00 h
- Inicio 1ª ronda: 11.30 h
- Inicio 2ª ronda: 16.00 h
- Inicio 3ª ronda: 18.00 h
- Entrega de premios: 20.30 h

Día: 10 de julio
Lugar: Club de rol Kritik (C. Dolors Masferrer 33-35, Barcelona) Junto al metro de Les Corts
Puntos: 400 puntos, 1 sola lista.
Precio: 5 € (4 € para socios de la entidad). Incluye un refresco.
Inscripciones: vía e-mail a clubkritik@hotmail.com

Os adjuntamos la lista de misiones de las que saldrán por azar en las partidas del torneo:

- ¡Matadlos a todos!
Ha llegado el final, muchos de nosotros moriremos, pero valdrá la pena si nos los llevamos al infierno con nosotros, esta ultima batalla será... ¡A MUERTE!

Al final del tercer turno se cuentan los puntos en bajas hechos y recibidos. Por cada tercio del ejército rival destruido, recibes 1 punto (de 1 a n, 1 punto. De n+1 a n2, 2 puntos, etc). Por cada tercio de tu ejército que sobreviva, recibes 1 punto.

- Ocupar y mantener
Bien chicos, las ordenes son claras: avanzad, tomad posiciones, defendedlas y si alguna nenaza se atreve a sacar la cabeza se la volais en pedazos. ¡¿Está claro?!

Al final del tercer turno se divide la zona central de la mesa en tres franjas de 20 cm. La franja más cercana a tu zona de despliegue te da 1 punto, la zona central 2 puntos y la zona más cercana a la zona de despliegue del rival 3 puntos.

- La Antena
¡Mierda! Esto se ha convertido en un infierno, necesitamos un transporte de evacuación ahora mismo y la unica estación de comunicaciones a la vista esta rodeada de enemigos, empiezo a creer que este es el peor día de mi vida.

Hay 6 marcadores en la mesa que se activan con una tirada de VOL a - 3 (menos ingenieros).

La antena debe ser activada con una tirada de VOL (hackers en zona de control también, y de sus repetidores)

1 punto por activar el tercer marcador. 1 punto por activar más marcadores. 2 puntos por activar la antena. 2 puntos por controlar la antena.

- Extracción
En el campo de batalla hay una serie de "civiles" que deben ser llevados ante los altos cargos de O-12. Quien consiga llevarlos tendrá asegurado algún tipo de beneficio por parte del órgano.

Cada jugador debe capturar a varios civiles y llevarlos a su zona de despliegue. En caso de ser necesaria la especificación por motivos de campañas o similares, uno de los jugadores intenta secuestrarlos y el otro ponerlos a salvo.

Se despliega según las reglas estándar de Infinity (30 cm). En caso de jugar en una mesa rectangular se despliega en los lados cortos de la mesa. Antes de proceder al despliegue cada jugador sitúa 3 marcadores de civil en los 40 centímetros centrales de la mesa de juego. Ninguna miniatura puede desplegar a menos de 15 centímetros de un marcador de civil. La zona de despliegue se considera la zona segura a la que hay que llevar a los civiles.

La partida acaba al final del cuarto turno. Por cada civil llevado hasta la zona segura +1 punto de victoria. Cada civil eliminado -1 punto de victoria.

Reglas especiales: Se aplican las reglas de civiles, hostiles y neutrales.. Cada miniatura solo puede tener sincronizados a 2 civiles a la vez.

- Recuperación
El transporte de suministros ha sido saboteado, por lo que ha lanzado los paquetes antes del punto de recogida. No disponemos de mucho tiempo ara recuperarlo antes de que el enemigo nos deje sin nada.

Hay 6 cajas de suministros en la zona central de la mesa (40 cm.). Hay que llegar hasta ellas, recogerlas y ponerlas a salvo antes que el enemigo. Recoger una caja es una acción corta. Los remotos, las motos, y los TAG's no pueden recoger las cajas.

La misión acaba en el tercer turno. Se recibe un punto por cada caja en tu poder.

- Puntos Estratégicos
Con ordenes de tomar unos puntos en el campo de batalla, comandos de cada ejército son lanzados a éste. No se cederá terreno. Si un punto no es suyo, se debe eliminar a la competencia. Así es la vida.

En la franja central de la mesa de 40 cm habrá dispuestas tres plantillas circulares que deben ser tomadas.

Cada plantilla tomada suma 1 punto al jugador que más puntos tenga en la zona de la plantilla. En caso de empate ningún jugador sumará el punto. Cada tercio del ejercito rival destruido suma 1 punto.

No muerta - III concurso de relatos

Una nueva entrega de un relato escrito para el III concurso de relatos breves de Sant Jordi. En esta ocasión se trata de No muerta, escrito por Artedil.

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Cayó la noche y una espesa niebla empezó a cubrir el cementerio. El ayudante del sepulturero estaba terminando de cavar una nueva fosa para que al día siguiente se pudiera realizar el correspondiente entierro. En uno de los instantes que levantó la cabeza para tomar algo de aire antes de proseguir con el duro esfuerzo de clavar la pala en el suelo congelado vislumbró una tenue luz que oscilaba unos cuantos metros más allá. Sorprendido por ese descubrimiento, lo primero que hizo fue ocultarse dentro de la tumba, ya que pensó que se trataba de ladrones de cadáveres. Aguardó algunos segundos, tratando de oír algún sonido que le ayudará a discernir hacia donde se dirigían. Nada, ni el menor soplo de aire. Alzando un poco la cabeza intentó ver si la luz seguía en el mismo lugar. Efectivamente, ahí estaba, sin desplazarse. Su curiosidad venció al temor y poco a poco se levantó, haciendo el menor ruido posible. A medida que se acercaba la intensidad de la luz crecía y pudo discernir que provenía de detrás de una gran lápida. Alguien o algo estaba al otro lado. De repente una figura se levantó quedando a la vista del joven. Se trataba de una mujer. O más bien, lo que quedaba de ella. Un caro y elegante vestido, gastado y raido por el paso del tiempo, envolvía su piel, una pálida piel que no cubría completamente su cuerpo, dejando a la vista, en algunos lugares, los frágiles huesos que la sostenían. Su rubio pelo era quebradizo, poco más que paja seca. Y sus ojos. ¡Qué ojos! Sus ojos no eran ojos, eran dos pozos de profunda oscuridad, de absoluta negrura, magnéticos, absorbentes. Hipnotizado ante tal presencia, no hubo más reacción que la paralización completa de todo el cuerpo. Ninguna palabra pudo pronunciar mientras ella se alejaba lentamente y desaparecía entre la niebla. Ningún movimiento se produjo durante largo tiempo después de que se hubiera marchado, aunque se podría haber dicho que el tiempo se había detenido. Al fin reaccionó, y su impulso no fue otro que el de correr, pero entre sus pensamientos no estaba la idea de huir, no era ese su objetivo. Se lanzó a la carrera tras la aparición, dejando atrás el cementerio, internándose en el bosque. Su corazón palpitaba desbocado. Su mente estaba saturada por esa mirada.

* * * * *

La fuerza que desprendía ese lugar la hacía regresar cada cierto tiempo. Era allí donde la otra parte de su vida descansaba. Si hubiese podido llorar, no sabía si lo hubiera hecho, ya que por muy honda que fuera su añoranza, demasiadas estaciones habían transcurrido desde entonces. Acarició las gastadas letras de la lápida y se levantó para marcharse. Entonces una mirada ajena la sorprendió. Nunca en todas esas veces se había cruzado con otro ser en el cementerio. Un hombre bastante joven, o eso creía, pues ya no estaba segura de cómo afectaba el paso de los años, la contemplaba asombrado, estupefacto, a través de unos claros ojos. Su rostro era carnoso, algo pálido a pesar de la suciedad que mostraba y su cuerpo algo más bajo que el de ella. Pero su corazón… ¡un corazón latiente! ¡Y a qué ritmo! Una máquina perfecta de bombear sangre, de llevar vida al resto del organismo. Turbada por haber percibido ese palpitar descarriado, dio media vuelta y se alejó del lugar, internándose en la espesa niebla.

* * * * *

Horas después estaba perdido y exhausto en un pequeño claro. Su ciega carrera le había dejado arañazos y golpes por todo el cuerpo. El silencio reinante solamente se interrumpía por su fatigosa respiración descompasada. Aturdido por el cansancio y la experiencia se sentó bajo un cercano árbol. ¿Cómo la encontraría? ¿Quién era ella? El sueño le venció. Pero ese sueño no fue plácido ni reparador.
Despertó de golpe, sin apenas recordar nada, en una reconfortante cama, bien abrigado por las gruesas colchas que lo cubrían. ¿Dónde se hallaba? ¡Ése no era su dormitorio! Aún era de noche, o eso creyó, ya que ninguna luz iluminaba la habitación. Poco a poco un leve resplandor fue enmarcando la silueta de una puerta. Cuando la intensidad que se filtraba le permitió ver el contorno de los muebles, la puerta se abrió súbitamente. Se escondió entre las colchas, sin atreverse a atisbar quien entraba. Solamente escuchó el rozar de tela contra el suelo. Al cabo de un rato escuchó cerrar de nuevo la puerta. La oscuridad volvía a reinar dentro de la estancia. Un aroma dulzón le advirtió que habían dejado algo a su lado. Tanteó lentamente la mesita situada al lado de la cabecera de la cama y encontró un pequeño tazón de madera. Se lo acercó hasta los labios resecos y tomó, con algo de miedo, un pequeño sorbo. El sabor fue mucho más amargo de lo que prometía el olor. Aun así, lo tragó. Al instante se percató que veía mucho mejor y apenas notaba el cansancio. Decidió terminarse el cuenco de un largo trago y se puso en pie. Se acercó cuidadosamente a la puerta y la entreabrió para poder observar el exterior.

* * * * *

Cuando regresó al hogar donde ahora deambulaba diariamente, tuvo la sensación que debía volver atrás para localizar a ese individuo tremendamente vivo. Deshizo el camino y no muy lejos descubrió en un pequeño claro un cuerpo tumbado. No se preocupó en observarlo, el pulsar del fuerte músculo de su interior era inigualable, claramente distinguible entre un millón. Sin esfuerzo alguno trasladó el bulto hacia el interior del suntuoso lugar y lo dejó en el más cómodo de los lechos para que durmiera tranquilamente.
¿Qué iba a hacer con él? Para empezar le prepararía una reconfortante poción que le hiciera sentirse a gusto en ese lugar, algo que había aprendido la primera vez que llegó ahí. Descendió al pequeño almacén donde se hallaban depositados cientos de pequeños frascos con extrañas substancias y empezó a trastearlos, descartando algunos, tomando otros. No tardó en haber hecho una selecta elección y se dirigió a la cocina a elaborar el brebaje. Su vieja y gastada memoria aún le permitía recordar todo el proceso perfectamente, cómo trocear, cómo cocer, cómo colar, cómo sazonar. Cada ingrediente debía ser tratado con cuidado, sin equivocarse para que no perdiera sus propiedades y para ello tuvo que buscar, aparte de una amplia gama de utensilios cortantes y punzantes, el instrumento más inútil de su existencia: un medidor de tiempo. Segundos, minutos, horas… nada de eso le interesaba aparentemente.
Cuando dio por concluido el proceso nada había fallado. Había preparado suficiente para varias raciones y cogió un pulido tazón de madera para servir una de ellas. Aprovechando que tenía la temperatura ideal para ser ingerido fue hasta la habitación donde reposaba su invitado. Antes de abrir la puerta sintió otra vez los rápidos y alterados movimientos de contracción y relajación de ese maravilloso órgano. No pudo esperar a estar más cerca y entró de golpe en la cámara. Incluso amortiguado por las colchas, el repiquetear era la melodía más fabulosa de las existentes. Avasallada de nuevo por extrañas sensaciones, dejó el recipiente sobre la mesilla cercana a la cama y se retiró de nuevo.


* * * * *

Un largo pasillo se mostró ante él: al frente, una pared se extendía llena de ventanales cubiertos por pesados cortinajes; a sus lados, cada ciertos pasos, había una puerta semejante a la que acababa de abrir. Nadie parecía habitar en ese lugar, todo silencio, todo quietud. Apartó los ropajes de una de las ventanas y contempló la negrura de la noche, más intensa que la que percibía ahora dentro del edificio. El destino, el azar o algún motivo desconocido le hizo girar hacia la derecha, que parecía tan buen camino como ir por la izquierda y, sintiéndose lleno de energía, avanzó decididamente. Al llegar frente a la tercera puerta, decidió comprobar que se escondía detrás. Golpeó con los nudillos y esperó una posible respuesta que no llegó. Agarró el pomo y sin ningún esfuerzo empujó hacia dentro. La habitación que encontró era idéntica a la que había descubierto al despertar. Comprobó la siguiente puerta con el mismo resultado. Al final del corredor encontró unas escaleras que le llevaban hacia arriba.

* * * * *

El delgado arco de la luna se había ocultado tras una de las numerosas nubes que poblaban ese día la bóveda celeste, llevándose con ella la poca luz que podía competir con la que desprendía su cuerpo ajado. Una luminosidad que se mantenía perpetuamente a su alrededor, que parecía querer mostrarle un camino a través de las sombras, pero que a la vez no le dejaba ver más allá. Erguida en lo más alto del tejado, parecía querer desafiar la oscuridad reinante, querer imponerse a las tinieblas que la envolvían ¡cómo si fuera posible! ¿Acaso no formaba parte de ellas? Lanzó una seca carcajada al aire, un sonido espantoso que nadie más hubiera podido interpretar.

* * * * *

Un estruendoso eco, un sonido de otro mundo, rebotó por el estrecho tramo por donde ahora ascendía. Había dejado atrás dos plantas exactamente iguales y ahora se encaminaba a lo que tendrían que haber sido las buhardillas, pero a diferencia del resto, aquí se había producido una peculiar destrucción: un boquete irregular de un par de metros de diámetro daba a cielo abierto. Asomó la cabeza para explorar el exterior y quedó cegado por una aparición celestial que coronaba la techumbre.

* * * * *

De nuevo el poderoso retumbar de aquel corazón inundó su ser. Lentamente se giró hacia él y avanzó hasta tenerlo al alcance de la mano. La poción había resultado efectiva, sus facciones se mostraban descansadas, su cuerpo, vigoroso; su visión, impregnada de ilusión. Deseaba tanto poder sentir de nuevo, aunque fuera por un instante, que apenas podía contener aquella actitud que había sido desterrada de su esencia: la impaciencia. Gracias a él, experiencias olvidadas volverían a surgir.

* * * * *

Aquella criatura de luz era lo más puro que podía existir. Había adquirido el aspecto de una bella mujer, de larga melena, de cuerpo liviano, de movimientos harmoniosos. Pero sus ojos eran totalmente inhumanos, llenos de conocimiento, poder, atracción. No pudo resistirse y se detuvo a escasos centímetros de su rostro. Era capaz de darlo todo por un único beso, un dulce beso.

* * * * *

No había huido, al contrario, ahora se encontraba tan cerca que incluso su cálido aliento golpeaba la corrupta cara. Tenerlo tan próximo era irresistible. Leyó sus pensamientos a través de su mirada. Una mirada que se había producido a lo largo de la historia incontables veces. ¡No se lo podía creer! El objeto de su anhelo iba a ser suyo, se lo iba a dar por un simple beso, un triste beso.

* * * * *

Al asomar el sol por el horizonte, la pequeña comunidad fue congregándose frente al cementerio. El sepulturero no tardó en llegar, abrir las puertas y dirigirse hacia el hoyo que iba a convertirse en tumba. Un súbito grito de asombro silenció los sollozos y las palabras de consuelo que se proporcionaban. Todas las miradas se posaron en el viejo hombre mientras éste no podía apartar la suya del descubrimiento que acababa de realizar: la fosa se encontraba ya ocupada. Se trataba del cuerpo de su joven ayudante que se había quedado durante esa noche anterior a terminar el trabajo. Su rostro parecía haber encontrado un éxtasis supremo pero su cuerpo distaba mucho de aquello. Cada una de las personas que se había ido acercando a su alrededor tembló al ver como había sido consumido. La piel tirante sobre los huesos, las articulaciones extrañamente dobladas y una horrible herida en el lado izquierdo de su pecho, cinco laceraciones irregulares que perforaban piel, carne y hueso, dejando un profundo vacío donde antes había palpitado un corazón.