La gruta era estrecha y oscura, apenas cabía una persona erguida, la mayoría del grupo tenía que ir agachado para poder avanzar sin dejarse la cabeza en la roca, tras varios minutos arrastrándose por la fisura del volcán finalmente vieron la luz que procedía de la guarida enemiga. Quizás por la emoción previa al asalto, quizás por torpeza, quizás por las ansias del cuerpo por recobrar una postura más cómoda o quizás por un poco de todo el grupo no titubeó al entrar en la gruta sin percatarse del guarda que con un simple movimiento hizo sonar una alarma mágica.
Cogido por sorpresa el grupo inició su ataque a la pequeña cueva desde donde había sonado la alarma, pero cuando entraron para su sorpresa vieron a su compañero desaparecido junto a una mujer misteriosa, ellos dos habían acabado con los guardas, pero la alarma les había cogido por sorpresa. El grupo sorprendido por el disfraz que había empleado su compañero tardo en reaccionar a las señales que este les hacía para que reconociesen a la mujer, que en realidad era Jil camuflada, dándole tiempo para escapar.
Tras reunirse el pícaro compartió la información que había obtenido de sus nuevos “socios” al parecer se hacían llamar la tríada y estaban liderados por Tarkilar una especie de gnoll gigante zombie con poderes divinos junto a Triel la humana pelirroja artífice del ataque al mono suertudo y Skaven un gnomo mago del que solo había oído hablar al resto de mercenarios. Por desgracia para el pícaro aún no confiaban en él y apenas había visto nada del complejo, solo sabía que la gran cueva donde se encontraban antaño era una ciudad y que la única manera de bajar a esta era por el teleférico que habían reparado los mercenarios de la tríada ya que en el lago vivía un monstruo…
Tras examinar detenidamente el teleférico y descubrir que tendrían que hacer varios viajes decidieron el orden y empezaron a bajar, cuando de repente el primer grupo fue acosado por una lluvia de flechas procedentes de la playa subterránea, al parecer Triel ya había reunido a sus mercenarios y no pretendía dejarles llegar vivos a la playa, por suerte se habían anticipado en su asalto y no habían calculado bien la distancia y las flechas apenas llegaban con algo de fuerza al teleférico y simplemente avisando a sus compañeros pararon la bajada dejándolos a resguardo.
Mientras pensaban en una manera de llegar a la playa mientras Jenya intentaba por su cuenta solucionar la situación una enorme criatura emergió del agua verdosa y de un salto casi se come el teleférico y a sus ocupantes por desgracia para el Skulvyn, un antiguo demonio guardián convocado por la raza que creó la ciudad y que ahora era más conocido como el monstruo del lago, su salto no fue lo suficientemente potente.
El tiempo se les acababa, más tropas empezaban a salir de las estructuras que formaban la ciudad y antes o después el Skulvyn cazaría a su presa, eliminando a casi medio grupo, pero en el último momento Jenya logró finalizar el ritual y convocó una ola gigante a la que los compañeros en la entrada saltaron tal y como les había indicado mentalmente. El grupo, el teleférico y el Skylvyn fueron arrastrados por la gran ola chocando precipitadamente con la ciudad y arrastrando a los enemigos de la playa.
Parecía que el plan de Jenya había funcionado, aunque algo aturdidos todos habían sobrevivido, a excepción de la mayoría de los mercenarios de Triel pero el grupo fue lento en reaccionar y Triel junto a los demás miembros de la tríada cayeron sobre ellos infligiéndoles mucho daño, había arañas tanto vivas como muertas atacándoles, esqueletos y otra especie de muertos cubiertos de gusanos carnívoros rodeándolos por todas partes y el imponente Tarkilar les atacaba en la distancia junto a Skaven que desató sus conjuros más potentes sobre el grupo, durante la confusión de este Jill que parecía que había abandonado la cueva salió de dentro de la ciudad, portando una jaula gigantesca que emanaba magia y antes de que ninguno de los dos grupos pudiese reaccionar su aliado contemplador junto a lo que parecía un desollador mental la rescataron.
El combate estaba muy reñido pero Triel fue la primera en caer y los pocos mercenarios que habían sobrevivido fueron acobardados y empezaron a huir trepando por los enormes cables del teleférico que habían sobrevivido a la ola, pero no llegaron lejos, la mayoría fueron asesinados por el mismo Tarkilar que había perdido la razón y no distinguía a enemigos de aliados, los pocos que lograron evadir la enorme cadena armada del gnoll cayeron presa del Skulvyn que los devoró de un único bocado.
Finalmente el grupo de héroes salió victorioso junto a Jenya, eliminando a Tarkilar y sus muertos vivientes. Skaven que al ver como su líder caía pidió por su vida a cambio de los secretos que conocían pero poco interesaban a Jenya los secretos y quizás por miedo a la cólera de la clériga o a la de sus díos no dejaron hablar demasiado a Skaven cuando antes de que se diese cuenta ya estaba en el estómago del Skuvyn, el único que logró escapar adentrándose en el lago.
Malheridos, drenados y envenenados iniciaron los tratamientos mágicos para restaurarse pero los poderes de su clérigo y los de Jenya estaban bajo mínimos tras el duro combate pero dado que habían acabado con la triada en principio la ciudad ahora estaría desierta.
Les faltaban tres varitas por encontrar y cada vez el Caldero peligraba más así que decidieron explorar la zona mientras Jenya recuperaba fuerzas. Durante la exploración las encontraron junto a un preso de Triel y el libro de conjuros de Skaven, todo fue muy sencillo ya que habían acabado con la mayoría como ellos suponían pero cuando se enfrentaron a la mascota de Tarkilar, un T-Rex esquelético tuvieron la primera baja, ya que en realidad la criatura era una trampa móvil que al ser destruida estalló en llamas convirtiendo en ceniza a uno de los miembros del grupo…
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