Mientras saqueaban los cadáveres el grupo encontró algo que por lo menos era desagradable, el lícántropo había revertido a su forma original de semiorco y entre sus posesiones se encontraba una cabeza decapitada y sin lengua, no tardaron en encontrar el cuerpo al que pertenecía, que era el de Sarcem y posiblemente entre los cadáveres que habían abandonado en el exterior estaba su séquito. También encontraron un templo de Fharlanghn completamente mancillado con sangre y vísceras posiblemente de sus propios feligreses los bandidos habían sido especialmente destructivos con toda la posada, pero una zona parecía intacta, o por lo menos no estaba tan llena de sangre como el resto.
Entre tanta depravación una cámara de piedra, posiblemente utilizada a modo de bodega era la menos dañada, el marco de la puerta había sido transmutado mágicamente y la madera del marco había recobrado la vida, creciendo y sellando la puerta en el proceso.
Tras varios minutos de esfuerzo quitando raíces y talando el árbol que antaño habia sido un bonito marco para la puerta la enorme losa de piedra cayó al suelo mostrando una figura de piel negra y cabello blanco en pose meditativa. Un primer vistazo del sanador del grupo descubrió que la superviviente había quedado inconsciente, posiblemente a causa del frío antinatural de la cámara junto a las heridas de su cuerpo. Tras sanarla la semidrow despertó, tras presentarse como Shensen, clériga de Fharlanghn dios del camino y miembro de los caminantes, un grupo con el que tuvieron tratos en anterioridad y al que algunos miembros del grupo se habían unido por el bien de la ciudad.
Shensen les explicó que el ataque había sido dirigido por una humana pelirroja que vestía una armadura e hizo lo posible por darles una descripción clara de lo que había visto en la batalla, que mas bien habia sido poca, al parecer los atacantes eran muchos más de los muertos en la posada cosa que dejó claro al grupo que lo que habían encontrado solo eran los rezagados encargados del saqueo y que posiblemente el próximo combate contra los bandidos sería mucho más peligroso.
Tras cabalgar de vuelta a la ciudad el grupo entregó las malas nuevas a Jenya, que se las tomó como cualquier clérigo de la venganza se las puede tomar tras la muerte de su pareja, mal. Tras una sesión de gritos, insultos y muchas otras barbaridades que no voy a mentar Jenya echó al grupo a patadas del templo diciéndoles que no se les ocurriese volver hasta encontrar a la pelirroja o tener algo de información más sobre el asunto, la venganza para ella era algo sagrado, la y no tenían tiempo que perder si no querían ver la ciudad inundada.
Primero el grupo optó por preguntar por la ciudad ya que no había demasiados pelirrojos en esta seguro que con la detallada descripción que les dio Shensen la semidrow alguien la reconocería pero no lograron encontrar mucha cosa salvo rumores de una mujer pelirroja que se adentró una vez en el lago del cráter y tras tirarse al agua jamás se la volvió a ver, luego optaron por preguntar en la guardia, seguro que alguien capaz de organizar una matanza así tendría algún tipo de antecedente, pero para su sorpresa descubrieron que ella había sido un miembro de esta hasta que sucedió algo, tema que el capitán no quiso concretar, al ver que no les llevaba a ningún sitio optaron por dejar la investigación de lado y avisar a la alcaldía de lo que sucedía, pero esta parecía demasiado ocupada montando los festejos que se celebraban durante las fechas así que no les atendieron.
Al poco de reanudar su investigación decidieron cambiar de estrategia y empezar a preguntar por los demás participantes del ataque, primero por el semiorco licántropo pero solo descubrieron lo que ya sabían de este, nada y finalmente optaron por preguntar por sus peones, los ladrones que tan raras técnicas de combate usaban, con mucho esfuerzo descubrieron que se trataba de un antiguo gremio de ladrones de la ciudad, que como el resto de estos había sido expulsado o exterminado por la última sonrisa, incluso lograron localizar a algunos de sus antiguos miembros ya retirados que a cambio de no ser llevados ante la justicia por sus crímenes gustosamente les revelaron la ubicación de su antigua guarida.
Todo estaba hecho tenían el sitio y conocían los riesgos, pero dudaron de la credibilidad de sus informadores y querían ir preparados para las defensas que pudiesen tener en la guarida así que prefirieron explotar todos sus recursos antes de avisar a la clériga, la cual habían intentado calmar en varias ocasiones incluso con la ayuda de su amigo y solo habían conseguido enfurecerla más, salvo cuando le pidieron su maza capaz de conjurar una potente adivinación, por desgracia para ellos sus respuestas crípticas decepcionaron al grupo.
Con todo lo que necesitaban ya en su posesión pero con uno de sus miembros desaparecido tras decidir investigar por su cuenta en la segunda noche y sus dudas sobre la información obtenida retrasaron su partida dando oportunidad a que tanta pregunta por la ciudad llegase a los barrios mas oscuros, dando oportunidad a los mas astutos de aprovecharse de la situación y no tardaron en llamar la atención de uno muy especial, un misterioso informante que les envió una nota extraña escrita en un verso que solo un demente podía inventar, exigiendo un pago de reyes y con unas condiciones algo desfavorables para el grupo.
Dudaron si acudir al poderse tratar de una trampa, pero necesitaban darle tiempo al desaparecido a regresar y no tenían otra cosa que hacer salvo esperar así que acudieron a la cita, por desgracia para ellos el misterioso informante era un loco si, pero un loco muy habilidoso y además un paranoico que comprobó su casa antes de ir a la cita y al ver que faltaba mas gente de la acordada y que algunas de sus ordenes no se siguieron al pie de la letra decidió no revelar nada tras cobrar su recompensa por la perdida de tiempo, cosa que sacó de sus casillas a mas de un miembro del grupo
El riesgo de las inundaciones se hacía cada vez más presente ya que durante los tres días de investigación y el día de espera la lluvia y la niebla parecía que no quería dejar la ciudad. Al parecer las predicciones del Clero de Sant Cuthber se estaban cumpliendo por mucho que la alcaldía y la catedral de Wee Jas siguiesen negando la evidencia, parecía que el tiempo se les estaba agotando y muy a su pesar decidieron dar por muerto o capturado al camarada desaparecido e ir con la clériga viuda a la guarida de los bandidos, donde seguro encontrarían las varitas de control climático y alguna pista sobre el desaparecido, posiblemente Jenya en ese momento no era la aliada más razonable y pedir ayuda a los Caminantes hubiese una opción mas sensata, pero la clériga sin duda era mucho más poderosa que sus demás aliados y su motivación personal por el asunto la convertía en alguien de fiar...
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