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La ciudad de Halaraath parece tan tranquila y pacífica como siempre ha sido, como si la guerra no la inmutase. Hasta donde alcanza la vista veis edificios adornados con hermosas esculturas animadas de hombres y mujeres vestidos con túnicas.
En especial, cualquiera que pasara por ahí se fijaría el palacio de Halaraath, hogar del consejo de ancianos y de la mayoría de magos del reino. El palacio está hecho de mármol y coral rojo, un material típico de la región que abunda en todas las edificaciones de la ciudad. El edificio destaca tanto por su belleza como por el gran aeropuerto que hay en una de sus torres en el que se pueden ver atracados a más de diez barcos voladores.
A pocos metros se encuentra la no menos impresionante casa de Mystra. La catedral dedicada a la diosa de la magia posee una entrada imponente frente a una fuente sin lugar a dudas mágica de la que brota la más cristalina de las aguas. Cerca de esta también la academia de magia, que todo y ser el tercer edificio más grande de la ciudad es mucho más austero que los demás.
Al contrario que el resto de ciudades de los reinos, Halaraath está completamente limpia. Sin duda otra de las maravillas de la ciudad alimentada por la magia de sus habitantes.
En especial, cualquiera que pasara por ahí se fijaría el palacio de Halaraath, hogar del consejo de ancianos y de la mayoría de magos del reino. El palacio está hecho de mármol y coral rojo, un material típico de la región que abunda en todas las edificaciones de la ciudad. El edificio destaca tanto por su belleza como por el gran aeropuerto que hay en una de sus torres en el que se pueden ver atracados a más de diez barcos voladores.
A pocos metros se encuentra la no menos impresionante casa de Mystra. La catedral dedicada a la diosa de la magia posee una entrada imponente frente a una fuente sin lugar a dudas mágica de la que brota la más cristalina de las aguas. Cerca de esta también la academia de magia, que todo y ser el tercer edificio más grande de la ciudad es mucho más austero que los demás.
Al contrario que el resto de ciudades de los reinos, Halaraath está completamente limpia. Sin duda otra de las maravillas de la ciudad alimentada por la magia de sus habitantes.
Por último llega el momento de la prueba en casa de Huzrin. Hecha del mismo material rojizo que el resto de edificios de la ciudad, con forma de torre cónica de unos doscientos pies de alto y cincuenta de ancho en su base, distinguís una nave voladora aparcada en la cima y veis como las enormes puertas del edificio permanecen abiertas.
Al entrar, una de las estatuas que custodia la puerte reparte piedras a cada uno de los participantes. Estas tienen un numero grabado en ella y a nuestros aventureros les sorprende comprobar al recibir el suyo que ya superan los quinientos participantes. Todos ellos están reunidos en el gran salón que hace de entrada, seguramente obra de la magia del archimago ya que parece ser mucho más espacioso que la torre. Pero va siendo hora de presentar a nuestros aventureros...
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